keyboard_arrow_leftVolver
Single

Reflujo Gastroesofágico

2021-09-09 15:51:54

Comparte en:

El reflujo gastroesofágico es el desplazamiento retrógrado de alimentos y ácidos desde el estómago al esófago y, a veces, a la boca.

El reflujo puede estar causado por la posición del lactante durante la alimentación; por sobrealimentación; por exposición a cafeína, nicotina y humo del tabaco; por una intolerancia alimentaria o alergia; o por una anomalía del tracto digestivo. Los lactantes pueden vomitar, escupir en exceso, tener problemas nutricionales o respiratorios, además de estar irritables.

Las pruebas que ayudan a los médicos a diagnosticar este trastorno son el tránsito baritado, la pH-metría esofágica, el estudio del vaciamiento gástrico y la endoscopia.

Casi todos los lactantes presentan episodios de reflujo gastroesofágico, que se caracterizan por regurgitación, eructos y exceso de salivación. La regurgitación ocurre de forma característica poco después de comer y se considera normal. El reflujo empeora de forma característica durante los primeros meses de vida hasta alcanzar un máximo hacia los 6 o 7 meses de edad, para luego disminuir gradualmente. Casi todos los lactantes con reflujo lo superan hacia los 18 meses de edad.

El reflujo gastroesofágico se conoce como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) cuando:

•  Afecta la alimentación y el crecimiento.
• Daña el esófago (esofagitis).
• Deriva en problemas respiratorios (como tos, sibilancias o interrupción de la respiración).

• Se prolonga más allá de la lactancia, hacia la infancia.

Causas

Los lactantes sanos sufren reflujo por muchas razones. La banda muscular circular situada en la unión del esófago con el estómago (esfínter esofágico inferior) evita normalmente que el contenido del estómago retroceda al esófago.

En los lactantes, puede ocurrir que este músculo no esté completamente desarrollado o que se relaje cuando no debe, permitiendo que el contenido del estómago pase hacia atrás (reflujo), hacia el esófago. Comer tumbados o acostarse después de comer favorece el reflujo porque la gravedad no puede evitar que el contenido del estómago retroceda hacia el esófago. La sobrealimentación y la enfermedad pulmonar crónica hacen que los lactantes sean más propensos al reflujo a causa del aumento de la presión en el estómago. El humo del tabaco (como fumador pasivo) y la cafeína (en refrescos o a través de la leche materna) relaja el esfínter esofágico inferior, facilitando el reflujo. La cafeína y la nicotina (en la leche materna) también estimulan la producción de ácido, por lo que, si hay reflujo, este será más ácido.

Una alergia alimentaria o una intolerancia, más comúnmente alergia a la leche, también pueden contribuir al reflujo, pero esta es una causa menos frecuente.

Las opciones de tratamiento consisten en leches maternizadas densas o hipo alergénicas, medidas posturales, eructos frecuentes, bloqueantes de la histamina (H2), inhibidores de la bomba de protones, procineticos y, en algunos casos; metoclopramida y cirugía. Cabe destacar que la dieta de la madre que amamanta a ese lactante, así como sus hábitos juegan un papel súper importante en la causalidad de esta enfermedad.

Cólicos

Los cólicos se manifiestan por períodos frecuentes y prolongados de llantos sin motivo aparente en un lactante por lo demás sano. Aunque el término cólico es exclusivo para aquel dolor de origen intestinal, se desconoce la causa que lo produce. Hay varias hipótesis que avalan causas como: intolerancia a la leche de vaca, presencia de gases intestinales, alimentación copiosa por parte de la madre del lactante, intolerancia a la lactosa o hacia algunas frutas u hortalizas, entre otras causas más, aun no se establece agente causal especifico.

Los cólicos normalmente aparecen dentro del primer mes de vida, alcanzan una frecuencia máxima aproximadamente a las 6 semanas y terminan en forma fiable y espontánea entre los 3 y los 4 meses. Los episodios de llanto y agitación a menudo aparecen aproximadamente a la misma hora del día o de la noche, y persisten durante horas sin ninguna razón evidente.

Algunos lactantes lloran de manera casi incesante. El llanto excesivo puede provocar aerofagia (tragar aire), con la consiguiente flatulencia y distensión abdominal. Por lo general, los lactantes con cólicos comen y aumentan bien de peso, aunque la succión enérgica no nutritiva puede sugerir hambre excesiva. Es probable que los cólicos no tengan relación con el desarrollo de una personalidad insistente e impaciente.

Es importante acudir al médico ante la presencia del primer episodio de cólicos en el lactante y no dejarse llevar por “consejos maternales” de allegados y familiares con hijos más grandes que el suyo y que han podido calmar los cólicos de sus hijos con ciertos fármacos o productos naturales, recuerde que en medicina existen enfermos y no enfermedad y que cada paciente es un mundo. En los lactantes el dolor abdominal puede implicar desde un simple cólico por aerofagia hasta una obstrucción intestinal causada por alguna deformación congénita que se resuelve muchas veces con cirugía, por eso el auto medicarse lejos de ser un alivio pudiese enmascarar cuadros clínicos severos.

Dr. Carlos Bustillos Petit.

KIT-CL-00130-02-2022