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Infecciones recurrentes en pediatría

2021-05-04 19:44:04

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Los procesos infecciosos son la causa más frecuente de consulta en pediatría. Es difícil establecer el límite entre normal y patológico en cuanto al número de infecciones presentadas por un niño en un tiempo determinado. Factores como el grupo étnico y las condiciones socioeconómicas e higiénicas influyen. La mayoría de los autores, más que al número, dan valor al tipo de infecciones y a las características de las mismas: órganos y sistemas afectados, gravedad, germen responsable, así como la respuesta al tratamiento habitual. En nuestro medio se ha estimado que los niños sanos tienen en los primeros años de la vida una media de 6-8 infecciones respiratorias altas (IRA) cada año, hasta 6 episodios anuales de otitis media aguda (OMA) y dos de gastroenteritis aguda (GEA). La frecuencia de IRA es mayor en aquellos niños que asisten a salas cunas- guarderías o cuando sus hermanos lo hacen.

En cuanto a la duración media de los procesos y el tiempo estimado de resolución de los síntomas, también es variable según cada niño y patología presentada. Así en el 90% de los casos nos podemos encontrar con 2 a 7 días para resolución de una inflamación de garganta y hasta un período de 15-16 días para resolver una infección respiratoria inespecífica. Esto, unido al hecho de que muchos de estos cuadros se agrupan estacionalmente, puede dar la impresión de que el niño siempre está enfermo.

La defensa del organismo frente a las infecciones corre a cargo del sistema inmune, conjunto de mecanismos complejos, conectados entre sí, que incluyen la integridad de las barreras cutáneo-mucosas, la inmunidad innata y la inmunidad adquirida o específica. Un fallo en cualquiera de estos mecanismos puede traducirse en un aumento de infecciones. El reto para el pediatra consiste en determinar si el niño tiene un proceso subyacente que condiciona el aumento de las infecciones o si se trata de un niño normal.

¿Pero, que son infecciones recurrentes?

Consideramos infecciones recurrentes que obligan a considerar diagnósticos diferenciales, a procesos que son demasiado frecuentes en número, son graves, duran mucho tiempo y/o se asocian con complicaciones inusuales o que no se resuelven con los tratamientos habituales.

Cuando las infecciones recurrentes afectan a un único órgano o sistema debemos pensar en anomalías anatómicas, un proceso alérgico o una enfermedad crónica de base que afecte a ese sistema. Cuando los procesos infecciosos son leves y frecuentes, afectan a distintos sistemas y no existe afectación del desarrollo del niño hemos de pensar en una exposición aumentada a las infecciones por condiciones ambientales (guardería, contaminación, hábito tabáquico).

Ante un niño con infecciones recurrentes debemos pensar en las siguientes posibilidades:

  • Niño normal.
  • Niño con un perfil atópico.
  • Niño con una enfermedad crónica.
  • Niño con una inmunodeficiencia.

Niño normal

Aproximadamente el 50% de los niños con infecciones recurrentes se encuentran en este grupo.
Tienen entre 8 y 16 procesos infecciosos al año (IRA, OMA, GEA) de los que la mayoría son de etiología viral, afectan al tracto respiratorio y responden adecuadamente al tratamiento establecido. Estos niños presentan un crecimiento y un desarrollo normales. Entre los episodios están asintomáticos y la exploración física es normal, resultando innecesaria la realización de pruebas complementarias que, de realizarse, resultarán normales.

No existe una causa orgánica, funcional, inmunológica o genética conocida. Se debe a una mayor exposición y/o la presencia de factores favorecedores: asistencia a guardería o colegio, exposición al humo del tabaco y convivencia con hermanos escolarizados.

Niño atópico

Los niños atópicos generalmente (más de un 90%) son hijos únicos de padres mayores de 45 años, extremadamente sobreprotectores, obsesionados con la limpieza y un miedo enorme a adquirir infecciones (Germofobia). Generalmente ambos padres trabajan, pertenecen a un estrato socioeconómico alto, viven en grandes metrópolis y suelen evitar que sus hijos entren en contacto con cualquier posible foco de contaminación (piso, muebles, juguetes, mascotas, manijas incluso otras personas)
Un tercio aproximadamente de los niños con infecciones recurrentes presentan el espectro alergia-atopia-sibilancias recurrentes y asma. La rinitis crónica alérgica puede confundirse con una infección recurrente de vías respiratorias altas. Los niños con enfermedad atópica a menudo presentan tos y sibilancias después de una infección respiratoria vírica. Estos síntomas se confunden frecuentemente con neumonía o bronquitis. El tratamiento antibiótico es poco eficaz y sí lo son medicamentos para la alergia o el asma.

Por otra parte, los niños atópicos tienen más probabilidad de desarrollar infecciones respiratorias recurrentes de vías altas como sinusitis, rinitis y otitis media. Esta mayor susceptibilidad puede ser debida a una mayor adherencia del patógeno a un epitelio respiratorio inflamado, a un aumento de la permeabilidad de las mucosas o a una respuesta inmune alterada frente a ciertos patógenos virales y bacterianos. Habitualmente el crecimiento y desarrollo de estos niños es normal. A menudo presentan hallazgos físicos característicos de su atopia, pudiendo encontrar en ocasiones una inmunoglobulina E elevada.

Niño con enfermedad crónica

Este grupo supone un 10% en el total de niños con infecciones recurrentes. Son aquellos que tienen una enfermedad subyacente no inmunológica. La mayor susceptibilidad a las infecciones puede ser debida a diversas causas como fallo en los mecanismos protectores de barrera, inadecuado aclaramiento de secreciones, procesos obstructivos, presencia de un cuerpo extraño como una vía central o una válvula, así como la implicación de microorganismos resistentes. Son niños que con frecuencia presentan un deterioro físico, una pobre curva pondero-estatural (peso/talla) y los hallazgos físicos inherentes a su proceso de base.

Niño con una inmunodeficiencia

Un 10% de los niños que presentan infecciones recurrentes van a tener una inmunodeficiencia con uno o varios componentes del sistema inmune afectados. Las inmunodeficiencias son entidades en las que hay afectación cuantitativa o cualitativa de cualquier componente del sistema inmunitario: inmunidad adaptativa (células B, inmunidad humoral o respuesta de anticuerpos y células T o inmunidad celular) e inmunidad innata (del sistema fagocítico y del complemento, entre otros).

Esquema de salud

Referencias
Martín Peinador Y, Jiménez Alés R, Suárez Rodriguez A, Berghezan Suarez A, Morillo Gutierrez B, Morales Senosiaín D. Niño con Infecciones de Repetición. Noviembre de 2016. Disponible en: https://www.aepap.org/grupos/grupo-de-patologia-infecciosa/contenido/documentos-del-gpi.
Dr. Carlos Bustillos Petit.
REH-CL-00029-01-2023